Resumen:
Ante un mundo en constantes cambios, en donde se ha debilitado el puente que debe unir el binomio sociedad-escuela, la Gestión Educativa comienza a cobrar fuerza en su papel de ejecutor de las políticas públicas. Fenómenos como el crecimiento poblacional y el cambio de composición en su estructura, el efecto globalización, las nuevas tecnologías de información y comunicación, que dan pie a innovadoras formas de aprendizaje, obliga a la reorientación de las políticas educativas. Es a partir de aquí, que la gestión educativa tiene en su quehacer la conformación de equipos de trabajo que construyan, diseñen y evalúen las estrategias y los objetivos a seguir y que habrán de promover el desarrollo de sociedades sanas.