Resumen:
Desde el nacimiento de la Ingeniería de Software se ha instaurado un interrogante
que no parece encontrar una respuesta definitiva: ¿Es posible “la aplicación de las
prácticas habituales de las ingenierías tradicionales al desarrollo de productos de
software"? Con esta premisa, la Ingeniería de Software debió resolver la llamada
Crisis de Software, que sin embargo aún se mantiene vigente. La cuestión puede
reformularse a “¿si es factible evitar deficiencias en los proyectos de sistemas
aplicando dichas prácticas?”. En este trabajo se identifican y desarrollan tres
factores que lo impiden: i) no se aplican realmente las prácticas de las ingenierías
tradicionales, ya sea porque la investigación no aporta las propuestas necesarias
o bien porque la industria del software no las utiliza; ii) la Ingeniería de Software
no alcanza a la totalidad de la industria, comprobándose que los sistemas técnicos
permanecen en buena medida ajenos a ésta nueva ingeniería; y por último, iii) existe
un gap semántico aún no superado entre el modelo funcional, de la fase de análisis,
y el modelo de objetos requerido en la fase de diseño, afectando la calidad de los
procesos de desarrollo. Por ser la sociedad cada vez más dependiente de los bienes
y servicios informáticos que se le ofrecen, sin lugar a dudas el problema planteado
representa una enorme responsabilidad ética y social, motivo por el cual se invita
a reflexionar sobre los aportes que pueden esperarse de la Ingeniería de Software
para superar la citada crisis.