Resumen:
Durante una discusión reciente con Gustavo Maurino se preguntaba porqué el derecho fracasaba como una herramienta discursiva en nuestro país. Ensayé, entre otras respuestas, que ello se debía en parte a que el derecho no hablaba de nada que importara. Necesariamente debe fracasar porque tiende a discutir algunos problemas y a regular otros. Ocuparse de la pobreza tiene mucho sentido. Es muy valioso que el derecho hable de las cosas por las que vale la pena discutir y el trabajo de Marcelo Alegre es un texto fibroso en esta línea. Aquí van algunas observaciones tempranas fruto del diálogo con él y que generosamente me ha invitado a reproducir.