Resumen:
El debate político de nuestros días gira, en su mayor parte, alrededor de lo que se ha dado en llamar la "crisis del sistema político representativo". Y no por casualidad. En efecto, pareciera que esta crisis no sería el síntoma de una enfermedad que sólo afecta a aquellos "Estados-nación de gran escala (usando palabras de nuestro autor) que se caracterizan por estar atravesando períodos de transición democrática o que han vivido bajo dictaduras o hasta gozado de períodos democráticos intermitentes. Ante hechos estadísticos y realidades mundiales de tal magnitud, hoy se habla de ciudadanos sin representantes entendiéndose por ello el hecho de que la ciudadanía en general acusa a sus propios representantes de expulsarlos del sistema político.