Resumen:
El objetivo de este trabajo es puntuar la incidencia del estilo del terapeuta en el proceso de la psicoterapia. Definimos el concepto de estilo del terapeuta como los patrones habituales, únicos de cada persona, que se relacionan con la visión que tiene de sí mismo y del mundo, sus creencias, experiencias de vida, momento evolutivo que atraviesa, posición socioeconómica, y estilo afectivo. Una alta similitud en el sistema de creencias entre el paciente y el terapeuta puede provocar un estancamiento en el tratamiento, como así también, una alta disonancia puede conducir al abandono del mismo. Es fundamental que el terapeuta cuente con un espacio de supervisión y entrenamiento con el fin de abordar los siguientes items: 1- Aumentar sus conocimientos teóricos, adquirir y fortalecer un marco teórico de referencia necesario para identificar y guiar el proceso terapéutico. 2- Adquirir un amplio abanico de técnicas posibles de implementar en la psicoterapia. 3- Desarrollar habilidades internas que le permitan utilizar su experiencia personal, y desafiar las creencias disfuncionales que actúan como obstáculo en su labor. 4- Capacidad de interactuar y coordinar esfuerzos terapeúticos propios y con otros profesionales -médicos, abogados, psicopedagogos- de modo de tener una visión amplia e integral del paciente. El poder trabajar adecuadamente estos puntos brinda al terapeuta un mayor repertorio de recursos y favorece la obtención de conductas más flexibles y creativas.