Resumen:
El terapeuta que practica desde las conceptualizaciones de la psicología positiva, las teorías constructivistas y las teorías enfocadas en las fortalezas, comprende la importancia de considerar a los seres humanos desde la salud psicológica y la adaptación. Los individuos y sus relaciones, cultura y contexto dan forma a múltiples maneras de definir la realidad. Por el contrario, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), considera los problemas humanos como déficit patológicos desde una única realidad singular y compartida. El DSM constituye progresivamente el principal discurso dominante en el tratamiento de los problemas psicológicos. ¿Cómo se negocian estas
diferencias en la práctica y en la teoría? ¿Cuál es la perspectiva del terapeuta que
practica considerando las ideas de fortalezas, contexto, posibilidad, sistema, y
poder sobre el rol del DSM en la terapia? En este trabajo, se presentarán las estrategias colaborativas necesarias para acortar esas distancias, se discutirá la necesidad de incorporar un diagnóstico basado en las fortalezas y los recursos ambientales, y se hablará de la importancia de incluir al paciente en el proceso diagnóstico.