Journal de Ciencias Sociales Año 10 N° 19
ISSN 2362-194X  

 

Reconfiguraciones territoriales en la costa atlántica bonaerense: cruces entre cambio demográfico y bienestar

Leandro Agustin Parracone1
Grupo de Estudios sobre Población y Territorio,
Universidad Nacional de Mar del Plata

 

 Sofía Estela Ares2
Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales – CONICET
Grupo de Estudios sobre Población y Territorio,
Universidad Nacional de Mar del Plata

Artículo científico

Material original autorizado para su primera publicación en el Journal de Ciencias Sociales, Revista Académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo.

Recepción: 6-05-2022

Aceptación: 18-07-2022

 

Resumen: En Argentina, desde principios del siglo XX es notoria la concentración poblacional en áreas urbanas, multiplicándose los problemas derivados de la aglomeración. En este marco, algunas pequeñas localidades han adquirido otros roles. En consecuencia, suman a la prestación de servicios agropecuarios o actividades recreativo-turísticas y de segunda residencia, funciones para la residencia permanente. Con frecuencia su crecimiento se hace sin planificación, abarcando territorios con escasa infraestructura y servicios. Estos déficits se compensarían en la vida cotidiana con los beneficios de residir en áreas calificadas como seguras, verdes o tranquilas. De esta forma, se propone analizar de forma diacrónica y transversal la dinámica demográfica (1991-2010) y el bienestar de la población (2001-2010), así como su vinculación en General Pueyrredon y Mar Chiquita (provincia de Buenos Aires, Argentina). El enfoque metodológico es cuantitativo basado en el análisis de datos censales, con uso de técnicas estadísticas y sistemas de información geográfica. Los resultados obtenidos permiten indicar que los cambios se han acelerado desde la década de 1990 en aquellas localizaciones con mayor atractivo para la población. Asimismo, este proceso no produjo deterioros generalizados en el bienestar, situación que ha presentado mayoritariamente escasas variaciones, pero con distinciones según el tamaño demográfico de los poblados.

Palabras claves: Buenos Aires; dinámica demográfica; bienestar; localidades.

 

Territorial reconfigurations on the Atlantic coast of Buenos Aires: intersections between demographic and wellbeing

Abstract: In Argentina, since the beginning of the 20th century, the concentration of population in urban areas has been notorious, multiplying the problems derived from agglomeration. In this context, any small towns have acquired other roles. Consequently, in addition to the provision of agricultural services or recreational-tourist and second home activities, they have acquired functions for permanent residence. Often their growth is unplanned, encompassing territories with scarce infrastructure and services. These deficits would be compensated in daily life with the benefits of residing in areas qualified as safe, green or quiet. Thus, we propose to analyze diachronically and transversally the demographic dynamics (1991-2010) and the welfare of the population (2001-2010), as well as their link between General Pueyrredon and Mar Chiquita (province of Buenos Aires, Argentina). The methodological approach is quantitative based on the analysis of census data, with the use of statistical techniques and geographic information systems. The results obtained indicate that changes have accelerated since the 1990s in those locations that are most attractive to the population. Likewise, this process did not produce generalized deteriorations in well-being, a situation that has mostly shown minor variation, but with distinctions according to the demographic size of the towns.

 Keywords: Buenos Aires; demographic dynamics; wellbeing; villages.

 

1. Introducción

En Argentina, desde las primeras décadas del siglo XX ha aumentado la concentración de la población en áreas urbanas, multiplicándose en algunas ciudades los problemas devenidos de la aglomeración. Acompañando el proceso de urbanización, desde los años setenta se inició la expansión sobre áreas rurales, principalmente a través de barrios privados en torno a las ciudades. Además, se consolidó la urbanización tradicional, abierta, contribuyendo a la construcción de áreas periurbanas y pequeñas localidades ubicadas en el continuo urbano-rural.

En la provincia de Buenos Aires, al interior de los partidos con costa sobre el Océano Atlántico se identifican numerosas localidades de distinto tamaño, la mayor parte de las cuales tenía en 2010 menos de 20.000 habitantes (pueblos pequeños y pueblos grandes). Dentro de la zona mencionada, este trabajo focaliza en los partidos de General Pueyrredon y Mar Chiquita, por su articulación y por los cambios demográficos en sus localidades durante las últimas décadas. Los dos integran el sudeste bonaerense, donde Mar del Plata (General Pueyrredon) concentra más de 650.000 habitantes y es un nudo estructurador del conjunto.

En la trama de poblados de sendos partidos hay pueblos pequeños (hasta 2.000 habitantes) y grandes (de 2.000 a 20.000 habitantes). La transición de los pueblos pequeños, hacia la situación de solapamiento de actividades y grupos sociales disímiles propone transformaciones territoriales, así como el surgimiento de los actuales mapas sociales que reterritorializan al mundo, hasta hace algunas décadas, estrictamente rural.  En tal sentido emergen interrogantes, a saber ¿cómo ha sido la dinámica demográfica?, ¿qué trayectoria ha seguido el bienestar social?, ¿hay vinculación entre dinámica demográfica y bienestar?

Así pues, se considera que cartografiar y analizar el bienestar social en relación con los cambios demográficos es un paso fundamental para comprender los mapas sociales de las pequeñas localidades. Por consiguiente, el objetivo es analizar de forma diacrónica y transversal la dinámica demográfica (1991-2010) y el bienestar de la población (2001-2010), así como su vinculación, en los pueblos pequeños y grandes de los partidos de General Pueyrredon y Mar Chiquita.

La investigación sobre el crecimiento de las localidades es fundamental, dada su expansión acelerada pocas veces acompañada de planificación territorial. Así, su asentamiento en territorios con escasa infraestructura y servicios ayuda a sostener y extender situaciones de injusticia. No obstante, en las últimas décadas algunas localidades se posicionaron como alternativas residenciales para grupos sociales que las eligen contribuyendo a la reconfiguración territorial de la trama de aglomeraciones.

El trabajo se estructura en cinco secciones. En la primera se hace una somera revisión de antecedentes de investigación. A continuación, se delimita la perspectiva conceptual. En un tercer momento se presentan los materiales y métodos de trabajo. La cuarta sección contiene los resultados y, por último, se presentan conclusiones sobre la relación dinámica demográfica-dinámica del bienestar.

 

2.  Estado del arte

En el mundo occidental la valorización de los espacios rurales con fines residenciales o recreativos tiene varias décadas (Nates-Cruz y Raymond, 2007, Capel, 2009; Dematteis, 2015). Para el estudio de la ocupación de espacios de producción agropecuaria y revitalización de pueblos en proceso de despoblamiento estas contribuciones se han sostenido en conceptos como neorruralidad, gentrificación rural o migración por estilo de vida.

En las investigaciones dedicadas a territorios argentinos, durante la década de 1990 se encuentran investigaciones que se concentran en el despoblamiento y la desaparición de pueblos en relación, especialmente, con el levantamiento de ramales ferroviarios (Benítez, 2009). Otro tipo de estudios expresa una situación con más matices, como es el caso de Linares et al. (2016) donde se nota el sostenimiento y crecimiento de los pueblos grandes (de 2.000 a 20.000 habitantes), entre 1980 y 2010.

Sobre la situación de la provincia de Buenos Aires hay un conjunto de trabajos que subrayan el crecimiento demográfico de las pequeñas localidades y la revalorización de los espacios rurales (Mikkelsen y Velázquez, 2019; Sili, 2019). Por ejemplo, Mikkelsen y Velázquez (2019) apuntan que en el sudeste bonaerense hay cierta complejización del sistema urbano por la dinámica de los grandes y pequeños pueblos frente a las visiones fatalistas sobre el despoblamiento rural. Estudios más puntuales (Ares y Mikkelsen, 2014; Bruno et al. 2021; Parracone y Ares, 2021; Sagua, 2004) muestran que los procesos impactan de forma heterogénea según los territorios, observándose en los últimos años la preferencia por localidades costeras o en entornos paisajísticos valorados.

Como balance de un conjunto de contribuciones, sintetizados en los trabajos citados anteriormente, se advierte la necesidad de profundizar y problematizar los conocimientos en torno a procesos de expansión que no responden a los modelos de urbanizaciones cerradas privadas –en todas sus tipologías-, sino que pueden definirse como una apuesta a la vida abierta, a los espacios públicos, a las relaciones sociales entre vecinos y otros residentes de los distritos. Pero también a la confrontación, al actuar diferente en y con el territorio. Los trabajos comentados revelaron el interés por ahondar en los saberes sobre la dinámica social, económica y demográfica de las localidades menores del interior de la provincia de Buenos Aires. También se aprecia la necesidad de interpretar la relación entre prácticas espaciales y sentidos de lugar. Igualmente son vías de interés las demandas por escasez o falta de infraestructura de servicios, la posible existencia de tensiones entre antiguos y recientes pobladores o entre actividades.

La población, como dimensión del territorio (Haesbaert, 2004), es esencial para comprender los procesos inherentes a su construcción. Las articulaciones población y territorio inciden los niveles de bienestar y en otros aspectos de la vida social en relación con la justicia, la cohesión, el acceso a servicios públicos. Sobre el particular, interesa destacar que en los últimos años aumenta la significancia de las ciudades pequeñas, en especial las más alejadas de los grandes centros urbanos. En diversos estudios sobre bienestar y tamaño de las localidades se ha discutido la articulación entre ambas variables (Camargo-Mora, 1996; Velázquez, 2004; Velázquez y Celemín, 2020).

El estudio de Velázquez (2004) muestra que no hay una asociación directa ni fuerte entre el crecimiento demográfico de los departamentos/ partidos de Argentina y los niveles de calidad de vida. Al respecto advierte que:

el índice de calidad de vida es muy similar entre las diferentes categorías de crecimiento demográfico, ya que el coeficiente de variación es de sólo 2,83 %. La calidad de vida resulta ligeramente mayor en aquellas zonas cuya población tuvo un crecimiento bajo (menor a 12%). (Velázquez, 2004, p.185-186)

 

Las diferencias entre bienestar y tamaño de los poblados tienen vinculación con las posibilidades de inversión, sobre el particular afirman Velázquez y Celemín (2020),

Como es sabido, la aglomeración de población tiene inicialmente efectos positivos al establecer un umbral de mercado que hace posible la aparición de un conjunto de funciones urbanas, posibilitando la viabilidad y reducción de costos y la provisión de servicios e infraestructura, entre otros beneficios. Pero más allá de cierto punto, el incremento de población no agrega nuevas funciones, ya que la relación entre tamaño y funciones urbanas no es lineal sino una curva logística, y comienza a generar problemas típicos de las deseconomías (…) y externalidades negativas (violencia urbana, riesgos ambientales). (p. 257)

 

El trayecto por este conjunto de contribuciones no pretende ser exhaustivo, pero permite identificar el interés por las localidades pequeñas, por la evaluación de los cambios demográficos como también su posible relación con los niveles de bienestar y sus variaciones témporo-espaciales.

 

3. Perspectiva teórica

El objetivo de trabajar con pueblos pequeños y grandes, teniendo en cuenta sus cambios poblacionales y sociales se desarrolla a partir de conceptos claves como son localidad, dinámica demográfica y bienestar social.

El análisis territorial de la población, sus caracteres demográficos y niveles de bienestar, se basa en la concepción del territorio como una dimensión social y no como un reflejo simple o mecánico de las diferencias sociales (Haesbaert, 2004). Para Lévy considerar al espacio como dimensión social procede de concebirlo “como uno de los atributos de la realidad espacializada y no como una realidad independiente” (Lévy, 1994 citado por Veschambre, 2006, párr. 32, traducción personal), poniendo en jaque la lógica de sustancialización del espacio que la Geografía ha sufrido en su trayectoria (Veschambre, 2006). Dinámicas demográficas y socioeconómicas tienen lugar en y con el territorio en toda su complejidad, son condicionadas por él y a su vez condicionantes.

En Argentina Vapñarsky y Gorojovsky (1990) señalan que al acudir al criterio físico para identificar localidades no se establece un mínimo de habitantes e indican que son

Áreas de edificación bastante compacta interconectada mediante una red densa de calles, [continúan], no sería razonable exigir, además, que la aglomeración se defina como área edificada continua (…) dos o más áreas contiguas cuyos bordes disten entre sí no más de dos kilómetros a lo largo del camino más corto se consideran aquí partes componentes de una sola aglomeración. (Vapñarsky y Gorojovsky, 1990, p.127)

 

Estos autores las clasifican según el tamaño en: 1) Aglomeraciones de más de 1.000.000 habitantes; 2) Aglomeraciones de Tamaño Intermedios (ATIs): Mayores: 400.000 – 999.999 y Menores: 50.000 – 399.999; 3) Ciudades Pequeñas: 20.000 y 49.999; 4) Pueblos Grandes: 2.000 a 19.999 y 5) Pueblos Pequeños: hasta 2.000. Las unidades de análisis consideradas son las localidades o pueblos pequeños (hasta 2.000 habitantes) y los pueblos grandes (2.000 a 20.000 habitantes). Al referir a localidades, pueblos, poblados rurales, aglomeraciones, se está aludiendo a esa clasificación.

La dinámica demográfica se concentra aquí en los cambios manifestados por los ritmos de crecimiento, estrechamente ligados a los niveles y tendencias de los fenómenos poblacionales como son la fecundidad, la mortalidad y las movilidades territoriales. Los cambios poblacionales en los pueblos afectan a distintos territorios y ocurren, en variedad de escalas. Son transformaciones que, a su vez, dependen de las restantes dimensiones de la vida social. De ahí el interés por el bienestar social y su evolución.

El bienestar es un concepto que a veces se presenta como sinónimo de calidad de vida. Sobre la calidad de vida abundan numerosas discusiones y elaboraciones teórico-conceptuales, puede definirse como “la percepción que cada persona tiene de su propio lugar en la vida, dentro de un contexto cultural y del sistema de valores al que se conforma, en relación con las expectativas, intereses y logros” (Tonon, 2015, p.5). Comprende otras dimensiones además de la económica ya que las necesidades, deseos y aspiraciones de los seres humanos pueden ser alcanzadas a través de una variedad de satisfactores materiales y no materiales (Mikkelsen et al. 2017).

El bienestar, tomando como referencia los trabajos citados de Tonon (2015) y Mikkelsen et al. (2017), refiere únicamente a las condiciones materiales, objetivamente observables de la calidad de vida. Para su medición se pueden implementar diversas estrategias metodológicas, dependiendo la operacionalización, en gran medida, de las limitaciones de las fuentes de datos. Por su multidimensionalidad, el bienestar Social comprende múltiples dimensiones o dominios, como educación, salud o saneamiento, vivienda, empleo, ambiente o conectividad.

Cambios poblacionales y en el bienestar, territorios en transformación, se unen en el análisis basado en los aspectos técnicos que se detallan en la siguiente sección, donde se indican tanto las fuentes de datos utilizadas como las técnicas aplicadas para la producción de resultados acordes al objetivo planteado.

 

4. Materiales y métodos

Las unidades de análisis comprenden el conjunto de pueblos pequeños y grandes de los Partidos de Mar Chiquita y General Pueyrredon que en 1991 tenían menos de 20.000 habitantes. Sobre estas se hicieron análisis de naturaleza cuantitativa basados en datos correspondientes a los Censos Nacionales de Población de 1991, 2001 y 2010.

Para observar el cambio demográfico se calculó la tasa anual de crecimiento intercensal -obtenida con la fórmula exponencial-, para los dos períodos intercensales (1991-2001 y 2001-2010) y para todo el lapso temporal elegido, 1991-2010.

Los índices de bienestar para 2001 y 2010 se estimaron a partir de los indicadores detallados en la Tabla 1. El Índice de Bienestar de Localidades (IBL) incluyó únicamente indicadores de beneficio, es decir aquellos que en sus puntajes más elevados representan las mejores situaciones de bienestar. Con ellos se diseñó la Matriz de Datos Originales (11 indicadores) que luego se ajustó (9 indicadores) (Tabla 1). La adecuación de la MdO se hizo en base al cálculo de estadísticos de multicolinealidad (tolerancia y valor de inflación de la varianza), procedimiento que se aplicó a la matriz del año 2010 para detectar asociaciones entre las variables y distinguir aquellas que podrían ser redundantes. De esta forma, población con calidad de los materiales tipo I (INMAT 1) y población sin hacinamiento se combinaron para conformar el indicador de vivienda adecuada. Lo mismo sucedió con los indicadores referidos a la evacuación de excretas, que se articularon para constituir el indicador aguas residuales (eliminación a través de cloacas o de pozo con cámara séptica).

A continuación, se obtuvo la Matriz de Datos Índice (MdI) debido a la diversidad demográfica de las unidades espaciales. Esta se estandarizó sobre puntajes Zeta, conformando la Matriz de Datos Estandarizados (MdZ). A partir de la MdZ se obtuvo el IBL por promedio simple entre los indicadores. Los cálculos se hicieron tanto al nivel de las localidades como de los radios censales que las constituyen con el propósito de observar su distribución al interior.


 

Tabla 1: Componentes del índice de Bienestar de las localidades (IBL)

Dimensiones

Variables

Indicadores

 

Educación

 

Educación superior

1. Porcentaje de población mayor de 25 años con nivel Superior no universitario completo

2. Porcentaje de población mayor de 25 años con nivel Universitario completo

 

 

 

 

 

Vivienda e infraestructura

 

 

Condiciones de la vivienda

1. Porcentaje de población en viviendas adecuadas (población en viviendas con materiales óptimos3 y sin hacinamiento personal –2 o menos personas por cuarto)

2. Porcentaje de población en hogares Propietarios de la vivienda y el terreno4

 

 

 

Infraestructura

1. Porcentaje de población con sistema efectivo de eliminación de Aguas residuales (población en viviendas con servicio de cloaca o con desagüe a cámara séptica y pozo ciego)

2. Porcentaje de población en viviendas con conexión de agua en el interior

3. Porcentaje de población en viviendas con gas de red

Conectividad

Acceso a Tics

1. Porcentaje de población en hogares con Computadora

2. Porcentaje de población en hogares con teléfono fijo o celular

Fuente: Elaboración de los autores.

 

Las dimensiones que conforman el índice responden a aspectos privados o individuales y públicos, cuantificables, del bienestar y se eligieron en función de los datos disponibles y los antecedentes de investigación revisados. La dimensión Educación se evaluó a través de la variable educación superior y de los indicadores que aluden a la completud de los niveles superior no universitario y universitario, de las personas mayores de 25 años. En una situación de extensión del acceso a los niveles primario y secundario a amplias franjas de la sociedad, la posibilidad de completar los peldaños superiores es esencial para distinguir diferencias. El acceso a los peldaños educativos superiores influye en la reproducción social por su asociación con condiciones sanitarias, de comportamiento reproductivo y de vivienda.

Vivienda e infraestructura reúne aspectos públicos y privados del bienestar social. Para su análisis se incorporaron variables que apuntan a identificar disimilitudes a partir de indicadores como son la tenencia de la vivienda en propiedad y la adecuación de la vivienda, tanto por calidad de los materiales como por el ajuste entre habitantes y habitaciones disponibles. Los materiales adecuados para cada contexto tienen que ser útiles para mantener las condiciones térmicas, resguardar de los fenómenos meteorológicos y proteger del contagio de enfermedades. Además, las viviendas deben otorgar privacidad al interior, es decir, permitir cierta separación entre los integrantes de la familia y de esta con respecto a otras. Al respecto, el indicador de hacinamiento utilizando el umbral de 2 o menos personas por cuarto se encuentra en las propuestas de Velázquez (2004, 2016).

Acerca de la infraestructura se apeló a variables de saneamiento y también de provisión de energía para cocinar.  Así, se ha examinado la tenencia de agua en el interior de la vivienda y la eliminación de aguas residuales (grises y negras) por medio de cloacas o a través de cámara séptica y pozo ciego. La calidad del agua y las instalaciones sanitarias inciden en la salud de la población por eso la importancia de su incorporación en un índice sintético. Otra infraestructura básica que se ha considerado es la conexión a la red de gas. Se sabe que en los territorios analizados el tendido de la red de gas se concentra en las ciudades principales de los partidos y su extensión a las pequeñas localidades aún no se ha concretado o es fragmentaria. En este sentido se debe apuntar, por un lado, que el gas de red tiene un costo menor que el gas envasado. Pero, además, en el marco de los ODS se destaca que “Las alternativas más limpias [de energía] pueden aliviar la importante carga sanitaria, ambiental y económica de los combustibles tradicionales contaminantes como el carbón, el kerosén y la madera” (Cavallo et al. 2020, p.122).

Por último, se ha introducido el análisis de tenencia de dispositivos -computadora y teléfonos (de línea y móviles)- para la conectividad. Sobre el particular Cavallo et al. (2020), afirman:

Hay dos aspectos relevantes de la adopción de la tecnología. El primero tiene que ver con el momento en que la tecnología se vuelve disponible y se utiliza por primera vez; y el segundo con la velocidad con que se difunde entre sus usuarios potenciales. (p. 137)

 

 Su abordaje previo (Mikkelsen et al. 2020) ha demostrado el potencial en la identificación de diferenciaciones en los niveles de bienestar social, pero además es pertinente por la relevancia adquirida por las TICS como herramientas mediadoras en la comunicación interpersonal, tareas laborales, educativas, gestiones, recreación, entre otras. Una vez obtenido el IBL se establecieron cinco categorías (Figura 1), elaboradas en base a medio desvío estándar a partir de la media de los puntajes Z. El método de clasificación de la desviación estándar muestra la diferencia entre el valor de cada variable y su valor.

Parracone_Figura_1
Figura 1: Intervalos de clase. Puntajes Z y categoría del IB

Fuente: Elaboración de los autores

 

5. Resultados

5.1. Cambio demográfico

En General Pueyrredon y Mar Chiquita la trama de aglomeraciones se ha reconfigurado en las últimas décadas (Tabla 2) debido a los cambios demográficos que se muestran a continuación a partir del comportamiento de la Tasa anual de crecimiento intercensal (TAC).

General Pueyrredon exhibió -a partir de la comparación 1980-1991-, los primeros indicios sobre el desarrollo de procesos de crecimiento acelerado en numerosas localidades. Las enumeraciones censales de 2001 y 2010 han confirmado el proceso y su continuidad en el tiempo. De este modo, entre 1991 y 2001, se consolidan los procesos de cambio positivo en todos los pueblos del partido (Ares y Mikkelsen, 2014; Sagua, 2004).

De esta forma, entre 2001 y 2010 el ascenso poblacional y habitacional en algunos pueblos provocó que ciertas unidades espaciales se unificaran conformando la localidad Sierra de los Padres-La Peregrina (Sierra de los Padres, La Gloria de la Peregrina, El Coyunco y Colinas Verdes). Esta registró dos períodos intercensales con ritmos de crecimiento acelerado y pasó a tener gran heterogeneidad por congregar unidades espaciales con diferentes funciones: residenciales permanentes para grupos sociales con distintos niveles socioeconómicos, alojamientos turísticos, actividades del sector servicios (comercios y gastronomía entre los dominantes) y actividades hortícolas.

Chapadmalal, en el sector costero sur, reafirmó su condición de receptora de población mostrando un tipo de poblamiento donde el contacto con la naturaleza y el regreso a una vida más simple son claves (Ares et al. 2020), en ambientes con funciones residenciales y turísticas bien definidas y con escasas prestaciones para residentes y visitantes.

En relación con la dinámica demográfica, se advierte que entre 1991 y 2001 cinco localidades superaron la tasa de cambio general (30 ‰). En el siguiente período intercensal, hay algunas modificaciones y a las localidades de cambio más veloz se suma Vivoratá mientras que Santa Clara del Mar expresa los primeros indicios de crecimiento muy acelerado.

Así también en el partido de Mar Chiquita hay reconfiguraciones marcadas por el estancamiento de dos de los pueblos grandes y por las distinciones entre la ubicación en el área costera o mediterránea. En este último sector, por su parte, cabe destacar que La Armonía, muy próxima al partido de General Pueyrredón, tiene un comportamiento más semejante al de los pueblos costeros. Por sus características urbanísticas en cuanto a loteo, diseño, forestación y por contar con un perímetro cerrado acompañado de seguridad privada constituye un núcleo favorecido por las elecciones residenciales de las últimas décadas.

Los factores incidentes en los procesos que definen las elecciones residenciales constituyen aún interrogantes sobre los que se debe avanzar, pero sin duda la promesa de naturaleza y tranquilidad se han conjugado con una oferta inmobiliaria que estuvo respaldada por políticas específicas en el marco del Plan PRO.CRE.AR. A su vez, las respectivas ampliaciones de la Ruta Provincial 11 (2010 y 2013) permitieron acortar los tiempos de viaje con General Pueyrredon, distrito del que provienen gran parte de los nuevos habitantes del sector costero del partido de Mar Chiquita (Parracone y Ares, 2021).

 

Tabla 2: Población en viviendas particulares residente en las localidades, variación absoluta y tasa anual de crecimiento ()

Localización

Denominación

Población total

TAC (‰)

1991

2001

2010

1991-2001

2001-2010

1991-2010

Autovía 2

General Pirán

2.522

2.793

2.838

9,7

1,8

6,1

Coronel Vidal

3.637

6.121

6.451

49,5

5,9

29,5

Vivoratá

710

781

953

9,1

22,3

15,1

La Armonía

11

62

147

164,5

96,6

133,3

El Casal

198

218

267

9,2

22,7

15,4

Estación Camet

2.280

4.004

6.711

53,7

57,8

55,5

Autovía 226

Sierra de los Padres - La Peregrina

2.810

4.677

5.439

48,6

17,0

34,0

Santa Paula

475

568

644

17,1

14,1

15,7

Ruta 88

El Boquerón

307

416

522

29,0

25,4

27,3

Batán

6.185

7.784

10.539

22,0

34.0

27,4

Estación Chapadmalal

1.238

1.323

1.701

29,0

36,6

16,3

Ruta 11

El Marquesado

95

164

183

52,1

12,3

33,7

Chapadmalal

856

1.535

1.830

55,7

19,7

39,1

Santa Clara del Mar

2.590

3.524

7.239

29,3

80,5

60,2

Mar de Cobo

81

309

607

127,4

75,5

103,6

Mar Chiquita

106

265

342

87,2

28,5

52,8

Fuente: Elaboración de los autores en base a datos de INDEC. Censos Nacionales de Población (1991 y 2010). Procesado con Redatam 7, módulo Process, v.3 (CELADE)

 

La construcción de nuevas viviendas no es el único proceso en marcha ya que desde la década de 1990 en algunos de los pueblos se transita hacia un poblamiento de carácter estable (para diferenciarlo del turístico o de veraneo), que va transformando las segundas residencias en permanentes. En otras situaciones, los parajes que tenían una función de servicios se acoplaron a los nuevos procesos y concentraron población que puede o no estar vinculada con las actividades agroproductivas o de servicios tradicionales. Estos procesos han diseñado paisajes variados, territorios que cargan con formas de distinta época y poblaciones heterogéneas que refuerzan las disimilitudes territoriales.

5.2. Bienestar social y territorio

La ocupación y construcción del territorio no pueden desligarse de las características socioeconómicas de los agentes que intervienen, por ello el análisis del bienestar social permitirá avanzar en ese sentido. Al análisis transversal, de momento, se suma el estudio temporal para evaluar o determinar si el bienestar ha cambiado y cómo lo ha hecho. Se realiza a continuación un recorrido por las localidades, presentando los valores generales del IBL (Figura 2), así como su desagregación al interior de cada una.

Parracone_Figura_2
Figura 2: Comportamiento TAC (1991-2010) e IBL (2001-2010)

Fuente: Elaboración de los autores en base a INDEC (2001) Cartografía: INDEC (2010) - OSM Standard

 

Sobre la Autovía 2, se observa marcada dicotomía entre áreas con IBL que en 2001 oscila entre bajo y muy alto, y en 2010 va de bajo a alto.  General Pirán, como conjunto muestra una leve caída del IBL, sin embargo, se identifican mejoras en la calidad de la vivienda, mayor acceso a la red de gas y avances en las TICS sobre todo en las áreas lindantes al centro urbano. Coronel Vidal, en este período se altera el IBL pasando a valores medios en 2001 a bajos para 2010, las áreas periféricas adquieren mejoras en el tratamiento de aguas residuales como también en el acceso a gas y agua de red. Vivoratá, es la única localidad del partido de Mar Chiquita ubicada sobre la Autovía 2 que mejoró su IBL de valores bajos a altos, se identifica una expansión destacable en lo referido al acceso a gas de red y TICS. La Armonía presentó una situación estable de sus valores altos de IBL con mínimas alteraciones, se identifica una caída en las cifras de educación superior acompañadas por mejoras en las condiciones de la vivienda.

El Casal, en ambos períodos mostró la peor situación en el IBL dentro de este conjunto de pueblos, debido a inadecuación de la vivienda, bajo nivel educativo y mínima proporción en el tratamiento adecuado de las aguas residuales. Estación Camet, aún con un valor global medio, tenía en su interior situaciones dispares marcadas, en las peores condiciones por cifras bajas en educación superior y vivienda adecuada. En 2010, hay cierto deterioro en las condiciones de las viviendas y la tenencia de agua en el interior. Estos cambios se acompañaron de avances en el acceso a TICS y conexión a la red de gas natural.

Hacia el oeste, en las márgenes de la Autovía 226 coexistían en el año 2001 situaciones que se sostuvieron y acentuaron en 2010. Santa Paula dentro del nivel de IBL bajo, desmejoró su condición, aunque con incrementos en la tenencia de computadora (se cuadruplicó) y en la población con nivel educativo universitario completo. Mientras que Sierra de los Padres-La Peregrina se mantuvo en la categoría media, pero con avances en el IBL y sus componentes. De este modo, se duplicó la incidencia de población con nivel universitario completo y se multiplicó por cuatro la tenencia de computadora, situación que partió en 2001 de valores relativamente altos.

En el ámbito próximo a la Ruta 88, El Boquerón tuvo un IBL bajo en las dos mediciones. Entre 2001 y 2010 los mayores cambios se produjeron en la tenencia de computadora (multiplicada por 8). En Batán el índice en 2001 y 2010 era medio y las leves mejoras experimentadas en el período fueron insuficientes para conseguir un cambio de categoría, con ascensos destacados en la tenencia de computadora, conexión a la red de gas y educación superior. Estación Chapadmalal, con IBL medio, mostró en el lapso analizado avances en educación superior, en especial en la completud del nivel universitario, como también en la tenencia de gas de red y computadora.

En el sector costero sur, Chapadmalal y El Marquesado, sobre la Ruta 11, enseñan un panorama con IBL medio en 2001 y 2010, con mejoras para ambas en el período considerado. En las dos localidades, los indicadores educativos exponen valores medios en lo que refiere al nivel superior no universitario y universitario, con ascensos hacia 2010. En Chapadmalal los cambios no fueron muy intensos, pero se reconocen en la tenencia de computadora, educación superior y telefonía.

En El Marquesado, la situación es semejante a la descrita para Chapadmalal. Hacia el norte, localidades como Santa Clara del Mar y Mar Chiquita en el período 2001-2010 registraron caídas en su IBL. En ambas se evidencian mejoramientos en todas las dimensiones analizadas, en la primera de ellas la excepción es la condición de propietarios del inmueble o lote, y en el caso de la segunda el tratamiento de las aguas residuales y de acceso al agua. En el caso de Mar de Cobo, con respecto a las localidades marchiquitenses costeras, incrementó su IBL en el período de análisis, todas las variables contempladas mejoraron, sobre todo aquellas referidas a educación superior, calidad de los materiales de la vivienda y el acceso a TICS. Estos tres últimos poblados mantuvieron en el período 2001-2010, a pesar de las fluctuaciones, valores medios del IBL donde se registraron mejoras en los indicadores de población con estudios superiores completos y un incremento importante en el acceso a las TICS.

La distribución del índice en los dos momentos, al igual que su composición, cambios y continuidades, muestra la relación entre la configuración territorial de las localidades, sus cambios poblacionales y sociales. Todos ellos resultan de la aplicación de políticas públicas y privadas en dos escenarios políticos y económicos disímiles (Varesi, 2016). Igualmente, el desempeño en 2001 es representativo de la sociedad en crisis de aquel entonces y es el corolario de procesos de larga duración cuyo punto de quiebre puede situarse en el año 1976. En Argentina hasta 2002 se conservó la impronta neoliberal (desregulación de los servicios, privatización, flexibilidad laboral, reformas educativas, entre otras medidas), cuya salida se produjo en el marco de la crisis de diciembre de 2001. Hacia el año 2003 se inició un período que puede calificarse de neodearrollista o posneoliberal, donde abundaron estrategias para la reducción de las desigualdades, las que sin embargo no fueron suficientes.

Los procesos políticos, económicos y sociales plasmaron en el territorio local ciertos patrones de distribución que difícilmente sean superados por los procesos de corto o mediano plazo. Por el contrario, el devenir político y económico tiende a reforzar la reproducción de las desigualdades socio-territoriales y hasta complejizar la estructuración territorial. Los cambios observados entre 2001 y 2010, en parte positivos, acarrean la inercia de los procesos sociodemográficos precedentes, con lo cual la mayor expansión territorial de los habitantes en peor situación y la concentración de población con mayores ventajas, son el resultado de la sinergia entre numerosos factores. En el presente, la crisis suscitada con la declaración de la Emergencia Sanitaria5 ha reforzado las situaciones problemáticas y profundizado las desigualdades preexistentes (Ares et al. 2022). Los datos censales de la ronda 2020-2022, serán claves para el estudio de las transformaciones acaecidas en la última década.

5.3. Reconfiguraciones sociales y demográficas

                En cada territorio y momento específico lo poblacional y lo social están relacionados y se condicionan mutuamente. Por tal motivo, es posible pensar que puede haber algún tipo de vínculo entre cambios demográficos y sociales. Esta articulación se analiza en base al comportamiento conjunto entre la tasa de crecimiento intercensal (TAC) 1991-2010 y del IBL en 2001 y 2010. En la Tabla 3 se aprecian los indicadores a partir de los cuales se ha examinado la dinámica del cambio social y poblacional.

El análisis de los coeficientes de variación (Tabla 3) es el primer paso para reconocer las características de las distribuciones. En el conjunto de los pueblos chicos se nota que el coeficiente de variación del IB se redujo casi a la mitad entre 2001 y 2010, con lo cual es posible afirmar que el bienestar en estos pueblos tiende a homogeneizarse. En los pueblos grandes, en cambio, el descenso fue ínfimo expresando que en estas aglomeraciones los valores del IB han sido bastante semejantes en sendas mediciones.

A continuación, se aplicó el Coeficiente de Correlación de Pearson para evaluar la asociación entre los indicadores. Tanto en su desagregación según volumen poblacional como en el conjunto total de localidades (Gráfico 1) se obtuvieron coeficientes que marcan la existencia de asociaciones bajas a medias entre los cambios en el índice de bienestar y las tasas anuales de crecimiento intercensal. Además, en todos los casos las asociaciones son inversas, es decir, que a mayor tasa anual de crecimiento le corresponden menores variaciones positivas en el índice de bienestar.

 

Tabla 3: Índices de bienestar 2001 y 2010, tasa anual de crecimiento intercensal 1991-2010 (‰) (TAC)

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Fuente: Elaboración de los autores

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Gráfico 1: Pueblos chicos y grandes

Fuente: Elaboración de los autores. Coeficiente de correlación de Pearson = -0,25

 

Desde una perspectiva más detallada, en menos de la mitad de los pueblos chicos (Gráfico 2) el cambio demográfico positivo más veloz tuvo como correlato variaciones negativas en el IB, atestiguando desmejoras en el bienestar. En cambio, las TAC próximas al promedio general o por debajo de él mostraron transformaciones favorables en el IB o el sostenimiento de los valores. Las mejoras menos significativas o la estabilidad se concentran en el área costera (Mar de Cobo, Chapadmalal y El Marquesado), mientras que los mayores avances en el IBL ocurren en pueblos con tasas lentas de crecimiento y que partieron de situaciones de un índice bajo (El Casal y Vivoratá). Dentro de este grupo, Chapadmalal, El Marquesado y El Casal experimentaron cambios positivos, pero permanecieron en la categoría de IBL con la que comenzaron en 2001. Vivoratá se diferencia del resto por su ascenso en el puntaje del IBL que se tradujo en el paso de la categoría baja a media.

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Gráfico 2: Pueblos chicos

Fuente: Elaboración de los autores. Coeficiente de correlación de Pearson = -0,21

 

Entre los seis pueblos grandes (Gráfico 3) se reconoce que los que tuvieron TAC por arriba o por debajo del promedio ostentan cambios poco significativos en su bienestar. Se exceptúan Estación Camet y Sierra de los Padres-La Peregrina, el primero superando la TAC media y el segundo, cercano al promedio. General Pirán, por su lado, se sostuvo en el IB acompañando un muy lento crecimiento demográfico. Dentro del elenco de pueblos grandes, se advierte que Batán, Coronel Vidal y Santa Clara del Mar tuvieron desmejoras aun cuando no condujeron al descenso de categoría del IBL.

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Gráfico 3: Pueblos grandes
Fuente: Elaboración de los autores. Coeficiente de correlación de Pearson = -0,46

 

Tomando como punto de partida el rango-tamaño de los poblados, se observa que los valores más reducidos del IBL tienden a coincidir con las localidades de menor volumen poblacional y con mayor vinculación con el mundo rural tradicional (Santa Paula, El Boquerón y El Casal), es decir, agroganadero. En el caso de Estación Chapadmalal su relación con tareas agroproductivas y extractivas tiene como correlato un reducido IBL, pero sensiblemente más elevado que en los otros casos. Las mejores situaciones del IBL responden a localidades costeras y a La Armonía, es decir lugares donde la preferencia residencial pasa por un conjunto de factores que las hacen atractivas para pobladores de raigambre urbana, en general con alto nivel educativo, situación que también alienta adelantos en otros aspectos del bienestar.

Como indican Velázquez y Celemín “por debajo de cierta escala urbana, la falta de determinadas condiciones, bienes, servicios y expectativas que sólo pueden alcanzarse y satisfacerse con determinado quantum de población afectan las condiciones de vida de la población” (2020, p.268), situación que se verifica en la diferenciación de los niveles de bienestar entre pueblos pequeños y pueblos grandes.

Se nota, en relación con los pueblos grandes, que los situados en General Pueyrredon tienen los menores niveles en el IBL, incluyendo aquí Estación Camet y Sierra de los Padres-La Peregrina, aún muy vinculados al mundo rural tradicional pese al empuje de otras ruralidades en los últimos años. Los restantes, pertenecientes a Mar Chiquita, muestran mejores condiciones en el IBL. En este último caso cabe aclarar que corresponden a las tres localidades de mayor rango del Partido, con lo cual no sorprende que sean las receptoras del más alto nivel de inversiones en infraestructura y asimismo mejores condiciones generales, tanto en aspectos públicos como privados del bienestar.

Por las evaluaciones del IBL en perspectiva temporal se puede afirmar que el proceso de aglomeración poblacional no ha redundado en deterioros generalizados en el bienestar social. De este modo en un 56% de los poblados los valores del IBL se sostuvieron, con mayoría de pueblos en los cuales la tasa de crecimiento demográfico supera o está muy próxima a la media. En este grupo se encuentran áreas que en las últimas décadas congregan numerosas preferencias por parte de pobladores urbanos que encuentran en ellas opciones residenciales con caracteres atractivos, como son la cercanía a entornos de naturaleza, la posibilidad de acceder a propiedades a un menor costo que en las ciudades, mayor seguridad personal y un conjunto de cualidades que les dan identidad.

Los restantes pueblos donde se mantuvo el nivel de bienestar tuvieron un cambio demográfico lento y corresponden a pueblos grandes, exceptuando El Boquerón, localidad abocada a las actividades agroproductivas y servicios conexos. El crecimiento acelerado si ha repercutido de forma negativa en dos pueblos pequeños y en uno grande. Por su parte, el cambio poblacional lento en poblados muy ligados al sector primario de la economía tuvo como corolario un descenso medio del IBL más pronunciado que en el conjunto precedente.

 

6. Conclusiones

El proceso de transición en el que están inmersos los pueblos de sendos partidos promueve cambios en múltiples dimensiones, tanto desde lo socioeconómico y cultural como lo poblacional. Las preguntas en torno a la dinámica demográfica, el bienestar social y la vinculación entre sí han sido parte de esta investigación, por ello se afirma que evaluar, cartografiar y analizar el bienestar social en relación con los cambios demográficos es un paso fundamental para comprender los mapas sociales de pueblos pequeños y grandes.

A través de los resultados se ha observado que la trama de localidades de los dos partidos tiende a reconfigurarse en beneficio de aquellas que muestran atractivos naturales y socialmente construidos como también de raíz económica evidenciados a través de los menores costos de los bienes inmuebles. Los poblados más relacionados con actividades del sector primario son los que tienen menor dinamismo demográfico con la excepción de Sierra de los Padres-La Peregrina, localidad que aúna virtudes para el poblamiento de origen urbano, pero también de población dedicada a actividades económicas fundamentalmente hortícolas, dada la fuerza de ese sector productivo y la concentración en el entorno próximo al poblado.

Se ha podido determinar que los pueblos grandes son los que tienen mejores condiciones de bienestar y que a lo largo del período tuvieron la menor fluctuación en sus indicadores sintéticos. Los pueblos pequeños, en cambio, son los que registraron menores valores en el IBL y que además sufrieron mayor deterioro en sus condiciones entre 2001 y 2010.  También hay que poner de relieve que en los pueblos grandes es donde la asociación estadística entre variación del crecimiento intercensal y cambios en el IBL muestra mayor significancia, con lo cual sería de sumo interés para los tomadores de decisiones y planificadores tener en cuenta tal circunstancia dado el veloz ritmo de cambio demográfico de algunos de ellos. De continuar la tendencia de expansión sin planificación ni inversiones en infraestructura los niveles de IBL podrían continuar descendiendo, mermando tal vez el atractivo de estos poblados y configurando un panorama negativo.

En el tiempo transcurrido desde el Censo de 2010, y apelando a información primaria de investigaciones en curso, se pudo observar el fortalecimiento de las situaciones identificadas previamente. Así, se advirtió que los poblados con mayor ritmo de crecimiento poblacional registran patrones de selección centrados en la búsqueda de géneros de vida donde se fusionan ruralidad y urbanidad. Sobre el particular, para algunos sujetos esto implica tener vivienda propia, seguridad o tiempos para estar en familia. Para otros, además, involucra la búsqueda de una vida comunitaria, la cercanía y conexión profunda con la naturaleza, el interés por la ecología y las prácticas que tengan bajo impacto sobre el ambiente. Los sujetos resumen estas particularidades, y otras que hacen al cotidiano de los pueblos, en la mejora de la calidad de vida. Por consiguiente, se puede indicar que, en las aglomeraciones de mayor dinamismo, el ritmo veloz de crecimiento aún permanece conectado con situaciones de mayor bienestar, pero su evaluación cuantitativa deberá esperar a la información del Censo de 2022.

Por último, se quiere destacar el rol de la Geografía y el uso de herramientas que permiten evaluar en clave territorial y temporal importantes volúmenes de datos, con diferentes niveles de desagregación. Así, el uso combinado de sistemas de información geográfica y técnicas cuantitativas de análisis de datos permiten brindar base empírica a conceptos aún en proceso de definición como es el de Bienestar.

 

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Otros documentos consultados

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Poder Ejecutivo Nacional (2021) Decreto 167/2021, PRÓRROGA DE LA EMERGENCIA SANITARIA: Prorrógase el Decreto N° 260/20 hasta el día 31 de diciembre de 2021, en los términos del presente decreto.

 

 


 

 

 

1. Profesor en Geografía (UNMDP). Becario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en la categoría Estímulo a las Vocaciones Científicas (2021-2022).

Correo electrónico: parracone98@gmail.com

 

2. Licenciada en Geografía (UNMDP), Magíster en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en Sociología y Doctora en Ciencias Sociales y Humanas, ambos por la Universidad Nacional de Quilmes. Becaria Posdoctoral del CONICET (2021-2024). Jefa de trabajo prácticos en los Departamentos de Geografía y de Sociología, Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Correo electrónico: ares.sofi@gmail.com

 

3. Calidad I (Censo 2001) e INMAT 1 (Censo 2010): refiere a la calidad de los materiales con que están construidas las viviendas (material predominante de los pisos y techos), teniendo en cuenta la solidez, resistencia y capacidad de aislamiento, así como también su terminación. Se clasifica la calidad de los materiales en: Calidad I la vivienda presenta materiales resistentes y sólidos tanto en el piso como en techo; presenta cielorraso (INDEC, 2001 y 2010)


4. Propietario de la vivienda y del terreno: ambos pertenecen a alguno/s de los integrantes del hogar. El hogar tiene capacidad (garantizada legalmente) para disponer de la vivienda y del terreno, aun cuando alguno de ellos esté pendiente de pago o tenga posesión de estos sin haber escriturado (INDEC, 2001 y 2010).

 

 

5. Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 260/2020, prorrogado mediante el Decreto 167/ 2021 hasta el 31 de diciembre de 2021

 

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