Sobre la necesidad de una revisión crítica de las representaciones profesionales
Resumen
Si todavía, en nuestro imaginario pedagógico, los integrantes de las comunidades académicas sostenemos la idea de que la Universidad –además de un espacio de formación científica y/o profesional, de producción y circulación de conocimientos e, incluso, de inserción laboral– es un dispositivo fundamental en la generación del pensamiento crítico y autorreflexivo que permite al individuo evaluarse y rediseñarse como sujeto ideológico –al interpelarlo en su condición de ser social, y no sólo como un mero soporte de la rizomática estructura de los mercados–, se hace imprescindible preguntarnos en qué medida esta convicción está respaldada por políticas educativas que promuevan el desarrollo de la autonomía intelectual en el irrenunciable marco de valores tales como la responsabilidad, el respeto mutuo y la solidaridad o, más humildemente, por estrategias de enseñanzaaprendizaje dirigidas a la autocomprensión y a la proyección de los estudiantes hacia el horizonte de una identidad a la vez colectiva y personal –i.e., distintiva antes que diferenciadora– relativa a su futura condición de profesionales universitarios.