Las ensoñaciones de un videasta solitario

  • Richard Skryzak
##plugins.pubIds.doi.readerDisplayName##: https://doi.org/10.18682/cdc.vi52.1340

Résumé

Para un estudiante en arte como yo, inmerso en la práctica de la pintura a
comienzos de los años 80, la utopía original del videoarte consistía principalmente en la
aparición de una nueva forma de expresión artística, percibida tanto como un respiro y
una salida que permitiese refrescar mi práctica y salir del callejón sin salida de la estética
vanguardista inmersa entonces en la controversia entre pintura neo-expresionista y arte
conceptual-minimalista.
Por lo cual yo seguiría pintando, pero con video. Desde entonces dos problemas de fondo
continúan alimentando mi reflexión y mi trabajo. ¿Podemos ver el video en pintura? ¿Podemos ver la pintura en video? La originalidad de mi trabajo videográfico reside en tener
sus raíces estéticas e históricas en la historia del arte, llevado de manera simultánea con
una investigación a fondo de las cualidades del medio electrónico, a la luz de los conceptos
de “Vanidad” y “Cuadro-Video”.
Tomo como referencia al filósofo Jean-Jacques Rousseau quien frente al aburrimiento de
los salones, equivalente a nuestros “vernissages“, concibió su “moral del balero”. Casualmente, realicé hace unos años un video que muestra un balero en acción.
Un día filmaré mis ensoñaciones de un videasta solitario.

Références

Clair, J. (1983). Considérations sur l’état des beaux-arts. París: Gallimard.

Jouannais, J. Y. (1997). Artistes sans œuvres. París: Hazan.

La Bible. (1979). Traduction œcuménique. París: Le Livre de Poche.

Nietzsche, F. (1971). Par-delà le bien et le mal. París: Gallimard.

Rousseau, J. J. (2011). Les Confessions. París: Garnier.

Publiée
2019-10-04